viernes, 16 de septiembre de 2011

Amarillismo huehuenche

Marte: indicios de agua salada...

The Naked Blacks of Dudein, rugby team

Formación diamante sobre Moscú

LA CORNADA

Por Renecio del Rincón t.

“Vivimos en un país altamente seguro: seguro

te roban, seguro te violan, seguro te matan"...

–Anónimo

Te vi en TV…

El prestigioso diario regiomontano ‘El Porvenir’ propone entre sus lectores singular encuesta sobre en quién debería recaer la responsabilidad de la terrible situación de crimen e inseguridad en la zona conurbada de Monterrey: a) el presidente municipal, b) el gobernador, c) ambos… La encuesta prosigue pero, hasta el momento y sorprendentemente, es el gobernador priísta quien ha merecido una abrumadora mayoría de votos reprobatorios de sus gobernados, más del 70%. En justicia a la equidad, hubo quienes pensamos que tal baldón debería ser compartido en proporción a jurisdicción, facultades y rango. En especial al destaparse el apestoso paquete panista de los quesos oaxaqueños… Pero no, ¡los regios piden sin más la cabeza de su gober! Y tal vez no les falta razón, muy a pesar de la tan cacareada autonomía municipal. ¿Para qué si no, existe el gobernador estatal?

Nadie conoce ni podrá predecir siquiera el desenlace de la actual comedia política en Nuevo León; a lo mejor ni desenlace hay… Lo que sí llama la atención de muchos es el tono que la cobertura mediática, escrita o electrónica, ha imprimido en torno a los vergonzosos y cotidianos sucesos relativos al crimen organizado: Todos los días y a toda hora nos bombardean con la imagen o crónica de los funcionarios de todos los niveles, muy seriecitos y bien peinados, sentados ante las cámaras y, no se sabe si explicando la inoperancia de su gestión o iniciando campaña electoral, o simplemente participando en algún concurso de belleza o popularidad. Todo ello en vez de asistir a su escritorio o campo de acción, despeinarse, y cumplir con su obligación de cumplir y hacer cumplir la ley y desquitar sus nada despreciables percepciones. Es un hecho que la realidad ya rebasó muy ampliamente el poder y alcances intelectuales de la ‘burrocracia’ mexicana…

En lo personal, me maravilla la meticulosidad de su información sobre los criminales, de quienes conocen santo y seña sin faltar jamás sus simpáticos y pintorescos apodos, moda inspirada sin duda, en el Wild West o la Mafia yanqui, recordemos a ‘Scarface, Billy the Kid o Sundance Kid’: que ‘el Mataperros, Voltaje, Toruño, o Quemado’ (apropiado al autor del fuego en Royale)… Lo que denota la profundidad de su involucramiento y conocimiento del hampa, así como todos los detalles de modus operandi, territorio y alianzas. Más aún maravilla la falta de resultados prácticos, no obstante se diga que la guerra no la gana el más fuerte, rico o mejor armado, sino el mejor informado… Todo sea, pues, para tratar de justificar la chuleta, mientras todos los del sonoro apodo están perfectamente identificados, aunque también perfectamente libres para seguir delinquiendo, no obstante que todos ellos presentaban antecedentes penales recientes. Habría que preguntar al sacratísimo y autónomo Poder Judicial la explicación, no dudamos que muy legal y erudita, para tan monumentales y típicamente mexicanas situaciones cuasi inexplicables. Resulta típico también que en pleno Siglo XXI la más -quizás la única- ‘científica’ herramienta de la ley para atrapar prófugos siga siendo la recompensa, en este caso de 15 millones por los mencionados. Por Pancho Villa tan sólo ofrecían los gringos 5,000 tristes dólares. Y nadie jamás logró cobrarlos, ni siquiera Pershing y sus 10,000 hombres. ¿A quién le interesa un tostón (50 centavos) por cráneo?...

Asevera un dicho yanqui que todo ser humano aspira a sus 5 minutos de fama, lo que juzgo humano y perdonable. No tanto así la burda manipulación que de tal aspiración ha hecho la prensa que allá encabezara en los albores del pasado siglo el magnate William Randolph Hearst, inventor del oportunismo sensacional mejor conocido como ‘amarillismo’ en pos de una mayor circulación, mismo del cual se sigue aprovechando hoy día nuestra prensa, con candentes entrevistas de banqueta a narcos y criminales, o a futbolistas y cómicas, con deplorables resultados siempre, pues tal exposición lejos de servir algún propósito práctico tan sólo les engrandece ante la masa y les premia sus fechorías o hazañas con sus consabidos 5 minutos de gloria… Claro que sería deseable la creación de un código de conducta que normara tan arraigado vicio mediático, pero, y es un gran pero aquí y en la China, ¿se le deben pedir peras al olmo?...

Y, para endulzarnos la amarga píldora: El peje no inventó el título de ‘Presidente Legítimo’. Así se autotitulaba Nicolás Zúñiga y Miranda, el eterno contrincante político de Porfirio Díaz en las elecciones desde 1892 hasta 1910. Y continuó su carrera contra los sucesivos regímenes revolucionarios hasta 1924. Al igual que ‘el rayito’, lo único que cosechó fueron muchas carcajadas. Cual corresponde a los clowns legítimos

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