viernes, 10 de abril de 2009

Vacaciones?... Las Hadas, quizá.


O, Santorini...




LA CORNADA
Por Renecio del Rincón t.

“La prueba fehaciente de que existe vida inteligente en el Universo
es que nadie ha intentado contactar con nosotros”…
-Bill Watterson
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Tiempos malos = frustración = violencia…
Malos tiempos como los actuales… Conforme a estadísticas confiables, en la primera mitad del 2,008 se realizaban en el DF un promedio de 6.4 movilizaciones agitativas diarias (El dandy Carlos Monsivais acuñó el término con sus inocentes ‘centros agitativos’ o bases de apoyo), esto es, más de 2,300 marchas de protesta, mítines, concentraciones, peregrinaciones y hasta eventos ‘kulturales’… Dice Sergio Sarmiento, Reforma 25/03/09: “Un grupo relativamente pequeño de activistas políticos protagoniza la enorme mayoría de estas movilizaciones. Los participantes son en buena medida profesionales y reciben su ingreso de partidos políticos, sindicatos, organizaciones sociales (como Antorcha Campesina o los Panchos Villas), oficinas gubernamentales (como el Sub Marcos), y escuelas públicas (como las Normales rurales y la inefable CNTE). Su real ocupación es, sin embargo, proporcionar la carne de cañón que nutre las manifestaciones…”
Curiosamente, encontramos bastante paralelismo con lo escrito por Albert Castillón en La Vanguardia de Barcelona (20/03/09), con motivo de los disturbios ‘estudiantiles’ que motivaran cargas de los antimotines, llamados allá “Mossos d’Esquadra”: “Los alborotadores profesionales que se cuelan en cualquier manifestación estudiantil aunque no hayan pasado de primaria (¿Cómo el peje?...), se deben estar frotando las manos: Se convocan nuevas protestas (ahora por la intervención gubernamental… Mira, igualito que en el ’68 en México) y se auguran más enfrentamientos con los ‘Mossos’… Se puede terminar con los alborotadores profesionales (¿estudiantes profesionales?), igual que se debe acabar con los políticos ‘profesionales’. Los unos sirven a sus ideologías libertarias, los segundos a las que manda su partido. Los primeros justifican la violencia para conseguir sus objetivos, los segundos por mantener el poder son capaces de todo…” Menos de trabajar en gobernar de de veras; añado yo.

Y no se crea usted que por tener lugar tales perniciosos actos en la lejana Cataluña o en el no tan lejano DF, en Sayula o en cualquier otra población del terruño estemos a salvo de la tesonera labor de zapa que activistas y agitadores profesionales, de sobra conocidos, cuidadosamente ‘sembrados’ localmente y pagados con dineros del contribuyente, han venido esparciendo impunemente en nuestro ámbito la doctrina del odio de clases por años, especialmente entre la juventud de pueblos y ciudades del estado… El caldo de cultivo está ahí: Jóvenes y adultos eminentemente frustrados, amargados y recelosos porque no han podido salir de su ancestral pobreza, pues nadie les ha dicho que el camino más corto entre sus carencias y la abundancia es el trabajo; lo que oyen de aquellos jilgueros disolventes es que el camino debe ser arrancar, por la fuerza de los números y la ley de la turba, la riqueza obtenida con sudores por la extensa clase media sayulense -los aborrecidos y temidos burgueses de Lenin y Marx-. Porque en nuestro medio no existen ya ni hacendados, mucho menos encomenderos (el único real en Jalisco es Raúl Padilla) que han sido tradicionalmente los blancos favoritos de la dogmática propaganda del odio sembrada tendenciosamente por esos jilgueros colorines…

Y los resultados del intenso bombardeo mediático en la prensa local están a la vista: Basta repasar la larga lista de comentarios e intervenciones de lectores en la página electrónica de Tzaulan, notablemente en la sección del buen amigo Federico González Alfaro, sin que esto signifique que sean de su responsabilidad: Su tono es enormemente visceral, espantosamente soez y plagado de amenazas directas al que opine diferente… Llama la atención lo tan en la punta de la lengua que traen esos aventajados pupilos y creyentes, la mentada de madre monda y lironda del débil mental odiador y atenido, producto de las venenosas enseñanzas de nuestros agitadores autóctonos. (Será signo de los tiempos, porque en los míos ese insulto a menudo se cobraba con sangre). Y como allí el bajo insulto se profiere al amparo de la complicidad y seguridad del anonimato… Todo ello propiciado y alentado por la ausencia de un moderador que aplique las reglas elementales de corrección, respeto y tolerancia, que de cortesías mejor ni hablar, tan necesarias en toda sana convivencia humana y social. Gutmann, manejador de la página, arguye que no hay tiempo para ello, y Federico antepone la socorrida bandera de doña Libertad de Expresión, a todo freno para tamaña asquerosidad. Con su pan que se la coman… Con no volver a leerlos asunto arreglado. Pero el peligro social que representan los tales lectores, odiadores y desequilibrados, queda latente en los presentes tiempos malos. Y no faltarán timoratos, ‘intelectuales’ compañeros de viaje de Prometeos de petatillo (Dehesa dixit), y ‘tontos útiles’ que se escandalicen y rasguen vestiduras cuando alguien les señale, como en el sonado caso del peje y el PAN, como auténticos peligros para México. Al tiempo…

Hace algún tiempo, Catón se explayó inmejorablemente al respecto: “Siento un poco de conmiseración y pena al ver la mezquina estolidez aldeana -de plazuela- de quienes pierden las buenas maneras de la inteligencia y caen en la bajura del insulto y la descalificación simplona contra aquellos que no comparten sus ideas, dicho mejor, sus dogmas obsoletos”…

Y, para endulzarnos la amarga píldora: Por cuenta de Catón, también, va ésto: “Siete décadas de gobiernos paternalistas (al menos) quitaron a muchos mexicanos su condición de ciudadanos, e hicieron de ellos obsecuentes súbditos que todo lo esperaban del sexenal monarca, que todo recibían de gratis, y que buscaban medrar sin esforzarse. En las mismas seguimos, por desgracia. Ya lo decía aquel sujeto descarado: ‘Mientras cómanos, duérmanos y ámenos, y aunque no trabájenos ’ ” ...
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