viernes, 8 de enero de 2010

Regalo de Reyes 2010

Antonio Banderas como Villa. !Huy!...

Charlie Chaplin, The tramp, 1915

LA CORNADA

Por Renecio del Rincón t.

“A México le hubiera ido mucho mejor si Dios hubiese metido

todo ese petróleo debajo de Brooklyn”…

-Sam Drebben, en And Starring Pancho Villa as Himself.

Pancho Villa en el cine

No hace mucho y casualmente, vimos por el cable una obra cinematográfica absorbente por su tema, se trata de And Starring Pancho Villa as Himself, que es un film de televisión del 2003 dirigida por Bruce Beresford y protagonizada por Antonio Banderas como Pancho Villa. El eslogan de la película es Luz, Cámara, Revolución... En el momento de la producción, ésta era la más costosa película de 2 horas de televisión/cable nunca hecha, con un presupuesto de más de $ 30 millones de dólares.

La película se refiere a la filmación de la película silente de 1914, The life of general Villa (que fue asesinado en 1923) y es visto por los ojos de Frank N. Thayer, el sobrino del jefe de estudio Harry Aitken, que recibe un impulso para su carrera, cuando se hizo cargo del proyecto. La película resultante se convirtió en la primera película de largometraje, con la introducción de los estadounidenses a los verdaderos horrores de una guerra que nunca habían visto personalmente. Thayer vendió a los estudios la realización de la película a pesar de sus preocupaciones de que nadie se sentaría a través de una película de más de 1 hora, convenciéndolos de que podrían subir el precio de las películas a diez centavos, duplicando el precio vigente en ese momento. Y aquí está el dato sensacional y desconocido: El contrato actual que Pancho Villa firmó con Frank N. Thayer y la Mutual Film Studios el 5 de enero de 1914, para filmar de hecho la acción en la Batalla de Ojinaga (la más famosa y conocida de las 4 que allí se dieron durante la revolución, efectuada algunos días después, el once), todavía existe y está en un museo de la ciudad de México. La película original se ha perdido, pero algunos rollos de película sin editar de la batalla, mostrando a Pancho Villa y su ejército luchando contra las fuerzas federales del general Mercado, así como fotografías y fotogramas de la publicidad de la película original todavía existen.

La trama de la película de Thayer va más o menos así: El revolucionario mexicano Pancho Villa (Antonio Banderas) se encuentra sin fondos suficientes para financiar su guerra contra el gobierno militar en el poder (Victoriano Huerta). También se encuentra en desacuerdo con los americanos a causa de una campaña de prensa del imperio mediático de Hearst contra él. Para hacer frente a estas dos amenazas, envía emisarios (John Reed, el autor de México Insurgente, casualmente en el pueblo vecino de Presidio a la sazón) a los productores de películas para convencerlos de pagarle por filmar las batallas reales. El famoso productor D. W. Griffith (Birth of a Nation) queda inmediatamente interesado y convence a los Mutual Film Studios de Harry E. Aitkin para enviar un equipo de filmación. El sobrino de Aitkin, Frank Thayer, es inicialmente un mero mandadero de los recados para el estudio, pero que hace una buena impresión con Villa, quien exige que Thayer se haga cargo del proyecto. A pesar del fracaso inicial del metraje de Thayer (que llama a la risa burlona de los patrocinadores potenciales) Thayer y Aitkin los convence a invertir más dinero en un segundo intento, y también convence a Villa a participar en la toma de una película más narrativa, donde el propio Villa aparece fugaz e indebidamente como presidente de México en una ridícula y tendenciosa arenga.

Inmerso en la cultura de la Revolución Mexicana, Thayer vive sus episodios con una mezcla de horror y fascinación por Villa, pues encuentra en él un enigmático individuo que es a la vez brutal y macabro, pero con cautivante encanto. Villa, mientras tanto, llega a pensar de Thayer como un amigo a pesar del desprecio del propio Villa por la actitud de Estados Unidos. Le tocó a Thayer presenciar -y filmar- el asesinato a sangre fría, por Villa, de una mujer desesperada y enloquecida por la muerte de su esposo ante uno de tantos pelotones de fusilamiento villistas. Grande fue el asombro y enojo de Thayer al descubrir que este pasaje fue editado sin su consentimiento por el estudio, para hacer aparecer tal asesinato como causado por los federales, en concordancia con la ideología prevaleciente entonces en el medio cinematográfico norteamericano, sumamente infiltrado por el comunismo. A tal grado dicha infiltración, que motivara años más tarde la contrareacción, en la época McCarthiana, con una persecución senatorial de brujas que por ‘actividades antiamericanas’ expulsara de ese medio tantísimos cineastas y actores, hasta de la talla de un Charles Chaplin, deportado en 1952… No es de extrañar el interés de los cineastas izquierdistas gringos por la revolución de 1910, que este año ‘celebramos’ su centenario, pues hay que recordar que dicho levantamiento fue el primero dentro del esquema marxista de dominación mundial por el comunismo; no olvidar que la propia revolución de octubre en Rusia se dio hasta en 1918.

Y, para endulzarnos la amarga píldora: El papá de Rosilita fue a hablar con el de Pepito. “Sorprendí a tu chamaco -le dice- jugando al doctor con mi hija”. “Que no te preocupe eso -lo tranquiliza el papá de Pepito- es algo muy natural que los niños empiecen a conocer su sexualidad jugando al doctor”.“ ¡Cual sexualidad! -profiere el papá de Rosilita- ¡El caón le sacó el apéndice! ...”

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