viernes, 5 de marzo de 2010

Grietas en el peñón...

Magdalena de Suecia. La princesa más cuero de Europa...

El 'Raúñas' aparece en Tlajomulco.

LA CORNADA

Por Renecio del Rincón t.


“La conciencia es una suegra cuya visita nunca termina”… -Anónimo.


Lo prometido…

Una más de las recientes cortinas de humo disimulatorias, y que a la vez confirman el caos nacional imperante, lo es el pleito entre el alcalde perredista de Tlajomulco, Enrique Alfaro, y el capo di tutti capii Raúl Padilla López que tan sólo demuestra dos cosas: a) que en el monolítico grupo político que regentea la UdeG desde siempre, siguen apareciendo las grietas iniciadas por el destituido y suicidado rector Carlos Briseño, agravadas por el asesinato cometido por guardaespaldas de Padilla y confirmadas por la rebeldía de Alfaro que ya tiene el espaldarazo de Encinas, quien parió (24/02/10) esta joya de sindéresis y congruencia: “En congruencia (¿?) con los principios y la historia (¡!) del PRD, los poderes informales no pueden estar, en ninguna circunstancia, por encima de los poderes formalmente constituidos”… y b) que el meollo del asunto político en los municipios, el estado y el país entero es la sabrosa -o será más bien asquerosa…- repartición del pastel presupuestal entre los vencedores a través de una complicada mecánica chambista, vedada al discernimiento del ciudadano común -que es quien paga- por ser intencionalmente enredada y truculenta…


De que el pie del que cojea la izquierda es la total ausencia de congruencia en sus actos, nos lo remacha el lector Israel González. Ramírez, San Martín, Guadalajara, el 3/02/10 cuando duda sobre la exigencia al gobierno de guardaespaldas para el paladín de la igualdad, adalid cultural, guía político y luchador de la educación en Jalisco, Raúl Padilla: “¿Qué pensaría el presidente legítimo López Obrador, de saber que los correligionarios suyos se piden este tipo de canonjías, cuando él repudia lo inútil de este gasto para los ex presidentes de la república?...”


Parlamento Ciudadano

No hace mucho, el 15/02/10, publica la prensa un Manifiesto a la Nación Mexicana del Parlamento Ciudadano de México, organización plural, apartidista, democrática y libre, publica resolutivos de su Asamblea Nacional que apoyan en su esencia la iniciativa del Ejecutivo enviada a las Cámaras. Se insiste en pronunciamientos añejos y bien conocidos de grupos ciudadanos tales como: Reelección de Ayuntamientos, Delegaciones, y legisladores federales y locales; aumento del 2% al 4% de los votos necesarios para que los partidos conserven su registro; incorporar la figura de la iniciativa ciudadana en la propuesta de leyes al Congreso; candidaturas independientes para todos los puestos de elección popular; elección de Presidente de la República por mayoría absoluta con segunda vuelta. Y por su parte agregan estas otras propuestas: Establecer la revocación de mandato a los tres poderes en todos los niveles, y las figuras jurídicas del plebiscito y referéndum; la transparencia al financiamiento de partidos (aquí les faltó la reducción drástica al mismo); y finalmente, el que los regidores sean electos directamente por la ciudadanía.


Esto para intentar contrarrestar la intensa campaña desatada en su contra por los propios retrógadas partidos y todas aquellas personalidades que sienten pisados sus callos con la iniciativa. Desde luego que se vale soñar, mexicano, pero -y es un gran pero- como se afectan múltiples y enormes intereses creados, éstos pelearán como gatos boca arriba en defensa de sus prebendas y privilegios tan largamente establecidos y, dicen ellos, bien ganados… ¿Qué le queda hacer a la sociedad civil ante este valladar? Pues, como bien señalara el inteligente e inquieto empresario automotriz norteamericano Lee Iacoca: “¿Qué hacer?, algo, cualquier cosa menos quedarnos sentados. Si nos equivocamos, comenzar de nuevo, probar otra cosa. Porque si esperamos hasta estar satisfechos y tener todas las certezas, puede que sea demasiado tarde”… ¡Más claro, sólo agua clara!

Y, para endulzarnos la amarga píldora: Llegó la señora a su casa y sorprendió a su marido en brazos de la criadita. “¡Te me largas!” profiere la mujer, hecha una furia. “Sí, señora” musita con mansedumbre la muchacha. “¡A ti no te estoy diciendo! -precisa la señora- Tú te quedas”...

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