viernes, 12 de noviembre de 2010

Papa algo viajero

Benedicto XVI & el 'botafumeiro' santiaguino

Catedral de Santiago de Compostela

Avenida Gaudí & La Sagrada Familia en Barcelona

LA CORNADA

Por Renecio del Rincón t.

“Dad al César lo que es del César. Y a Dios lo que es de Dios”

Las andanzas de Benedicto

“El Papa de Roma es una figura única: sucesor de San Pedro y depositario de la tradición imperial romana; líder de la corriente religiosa más influyente del planeta; monarca absoluto sin derecho a sucesión dinástica; obispo; jefe de un Estado influyente; responsable último de uno de los mejores cuerpos diplomáticos del mundo; intelectual de relieve; autoridad teológica; objeto de chanza y escarnio en prensa, radio, televisión e internet, y taumaturgo en la era de la aceleración mediática, es decir, persona capaz de trastocar el orden de algunas cosas con un simple gesto”… Así define el prestigiado corresponsal en Madrid de La Vanguardia de Barcelona, Enric Juliana, la estatura y personalidad del más reciente huésped de la España regida por el socialismo del PSOE (Partido Socialista Obrero Español), sí, el mismo del ilustre y añorado Felipe González, partido ahora tan deteriorado bajo el ala de Zapatero. Será signo de los tiempos, pero ante dicha comparación no escapa tampoco, obligadamente, la del actual viajero pontificio, Benedicto XVI, con la de aquel otro mejor conocido como ‘El Papa Viajero”, Juan Pablo II.

Las diferencias principian con la desafortunada y poco diplomática admonición del Papa, todavía a bordo del avión que lo llevaba a España sobre la, a su juicio, política prolaica y laicista del PSOE, comparándola (erróneamente) con la de la Segunda República española en los años 30. No estará bien informado Su Santidad si se atreve a equiparar los terribles desmanes comunistas en perjuicio del clero español en aquella sangrienta década de la cruel guerra civil española, con las actuales manifestaciones dizque progresistas que no van más allá de la legalización del aborto, de los matrimonios gay y… de la estupidez de prohibir crucifijos e imágenes religiosas en recintos públicos u oficiales o legislar cuál apellido llevará primero el crío, si el paterno o materno; ‘adelantos progres’ que el inefable Ebrard no tarda nadita en imponer en su ínsula defeña. Y si no me lo creen, al tiempo… La fría recepción oficial en Santiago de Compostela corrió a cargo del vicepresidente, ya enterado del exabrupto papal, pero comió camote y se portó sereno. No así la prensa izquierdista (casi toda) que pegó el brinco y puso el grito en el cielo. Mas no todo el monte es de orégano y hubo incisivas defensas como la de mi catalana favorita, la centrada periodista doña Pilar Rahola de todos mis respetos: “En este sentido (las protestas en la prensa), algunas cosas: Una, que no entiendo los aspavientos porque el Papa defienda un modelo de familia o esté contra del aborto. ¿Qué nos esperábamos? ¿Un papa hippy? Escandalizarse porque el líder de una gran religión preserva su ortodoxia más allá de los tiempos es no entender nada de su papel. Otra cosa sería que la ortodoxia religiosa hiciera las leyes, pero ahí está precisamente la modernidad, que ha puesto a cada Dios en su casa y a la ley en la de todos”. ¡Aaarróz!... ¡Pilar los puso a todos en su lugar! Una palabra sobre el origen y finalidad de los ‘botafumeiros’ -inciensarios gigantes- que impresionaron a Su Santidad en la Catedral de Santiago: Su gran tamaño obedece a la necesidad de contrarrestar los intensos humores de la muchedumbre de caminantes en la Ruta de Santiago, sin beneficio alguno de baño durante quizá semanas… Y no solamente eran españoles, provenían de toda Europa.

La siguiente e importante escala del Papa fue Barcelona, donde consagró esa gigantesca maravilla arquitectónica catalana, todavía sin concluir totalmente, y orgullo de la Europa católica actual: La Sagrada Familia de Antoni Gaudí; sobre dicha joya dijo El Corriere della Sera: “El más importante monumento religioso de la Europa contemporánea”… Para descargo de curitas sayulenses que abusan del tiempo de sus feligreses, allí su jefe ofició una misa de 3 horas, más el Ángelus… ¡Ah! Pero no escapó Benedicto de presenciar en calles de la Ciudad Condal una descarada ‘besada’ protagonizada por cientos de jotos protestantes por su presencia. Causó alarma entre el clero español una asistencia de fieles en tales festejos mucho menor a la esperada. Que, al parecer, también es ‘andancia’ en nuestra población. ¡Ojo al parche!...

Y, para endulzarnos la amarga píldora: Esta mañana frente a mi domicilio presencié una increíble y bochornosa escena, donde la ‘patrulla’ vial F 649 requirió ser auxiliada por otra similar de la policía y dos motocicletas más para detener a un mozalbete menor de edad que, aparentemente, cometió alguna infracción como falta de licencia (obvio) o alguna otra fruslería que por el aparato represor desplegado hacía pensar tratábase de algún empedernido maleante… De dar risa si no fuera más bien coraje al constatar tamaño esfuerzo en vez de controlar la ingesta pública de alcohol en automotores todos los fines de semana. Por cierto, ¿en qué pararía la cacareada municipalización del ‘servicio’ de Tránsito?

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