LA CORNADA
Por Renecio del Rincón t.
“La política es el arte de posponer las decisiones
hasta que ya no son necesarias”…
-Henri Queuille.
Hijoputez genética…
Marcelino Cereijido, argentino, fisiólogo molecular, ensayista autor de: “Hacia una Teoría General sobre los Hijos de Puta”, en ella se refiere Cereijido a la facilidad que pareciera tener el ser humano para cometer perversidades y a la omnipresencia de lo que él ha decidido llamar con ese término incómodo. Y explica que hay razones para pensar que esto proviene de raíces biológicas, no psicológicas ni ambientales, esto es, conformada por los genes. Agrega: “Guardiola salió y dijo que Messi tiene el gen del gol… Sobre esa base genética, cito la hijoputez. Y si es genética, quiere decir que la heredamos de bichos ancestrales”…
A reserva de que alguien más nos demuestre lo contrario, asumiremos que la maldad humana tiene bases biológicas; y ejemplos nos sobran en Sayula: Con medalla de oro, destacan los más eminentes contaminadores del ambiente sayulense, esto es, los pulquérrimos miembros asociados del pulpo camionero de Usmajac, Amacueca, Atoyac, Teocuitatlán y anexas; así como los simpáticos borrachines del paseo en automóvil los sábados y domingos, todos con cahuama o cuba en mano y, claro, los desenfrenados espectadores de las comparsas carnavalescas. Que al igual que los camioneros se piensan libres para defecar u orinar en la vía pública, como los perros. Al fin que la calle es libre, ¿o no?… La plata, literal o figurada, está reservada para las autoridades ‘responsables’ de vigilar el orden ciudadano, siempre ocupadas por otros y más importantes deberes: Espectáculos y bailetes públicos, fluidez del tráfico vehicular, búsqueda del honorífico título de “Pueblo Mágico” y, sobre todo, velar porque ningún crimen quede impune y la eficaz prevención del delito con una minuciosa vigilancia día y noche (sin horas de oficina). Sí, Chucha. ¿Y tu nieve?... ¿Y el bronce? Ese lo merecen sin duda alguna los patineteros, bicicleteros y motociclistas sayulenses, que no obstante lo dispuesto por el Reglamento de Policía y Buen Gobierno, siguen transitando tan campantes por espacios peatonales exclusivos tales como banquetas, portales y plazas públicas; gracias a la tibieza y permisividad gubernamental.
Presentamos a continuación ‘algotros’ ejemplos que merecen la incómoda maternidad esbozada por Cereijido:
-Pedro Ferriz de Con, asevera el 17/10/11: “México creció a la sombra de esquemas totalitarios de mando... Y la característica de ese proceder, se basa en la distancia que se traza entre la sociedad y su estructura rectora. Haciendo de todos los gobernados; gente pasiva, conformista, ignorante e improvisada (además de consumados ‘cueteros’, por añadidura)… Para salir de una condición no deseada, lo primero que hay que hacer es aceptarla. Insisto, “somos un pueblo mediocre”. La prueba está en que en todo, figuramos a media tabla. No estamos en la cola de nada. ¡Ahí la llevamos! Crecemos poquito. Producimos poquito. Opinamos poquito. Influimos poquito. Ostentamos poquito. Investigamos, aportamos, discernimos, entendemos y hablamos poquito. Lo justo para no desaparecer, aunque la idea siga siendo la de no aparecer como únicos, admirables, respetados... Venerados”. Aquí agrego yo: Afortunadamente, existe la excepción a la regla como en todo axioma, y esa excepción tiene nombre: Chicharito…
-Vicente Fox, además de atrabancado ya chochea: “sugirió” entrar en tratos con el narco -no negociar como el PRI, rectificó- A lo que Sergio Sarmiento, dubita e interroga el 19/10/11: “Pero en el caso del narco, ¿con quién va a negociar el Gobierno? ¿Cómo identificar al legítimo representante de cada uno de los grupos? ¿Quiénes serán los delegados de Los Zetas, los Caballeros Templarios, los cárteles del Golfo, Ciudad Juárez y Sinaloa y tantos más? ¿Se invitará a la negociación sólo a los narcotraficantes o también a los secuestradores? ¿Y qué pasará con los traficantes de personas? Cuando algún grupo se dedique a varias actividades delictivas además del narcotráfico, ¿se le invitará también? ¿En dónde se va a llevar a cabo la negociación? ¿En el Castillo de Chapultepec, al finalizar alguna de las reuniones con el grupo de víctimas de Javier Sicilia? ¿O sería mejor hacerla en la Secretaría de Gobernación, en el Palacio de Covián, siempre y cuando no esté bloqueada por los antorchistas, los esmesistas o los panchos villas? ¿Y qué pasa con los sicarios? ¿Se permitirá que participen los que mataron a Juan Francisco Sicilia o los que le prendieron fuego al Casino Royale de Monterrey? ¿Qué se les ofrecerá a los criminales a cambio del cese al fuego? ¿Se les dará fuero como si fueran diputados? ¿Y qué pasará si alguno rompe el pacto y mata a algunos rivales o a civiles? ¿Se les perseguirá nuevamente? ¿Cómo distinguirán las autoridades al detener a un criminal si se trata de alguien que ha respetado el pacto o que lo haya violado? ¿Y qué pasará con los familiares de las víctimas anteriores al acuerdo? ¿Se les pedirá una disculpa por permitir que los asesinos de sus familiares se paseen impunemente por las calles? No nos hagamos tontos. Ni un pacto ni un cese al fuego son posibles. Las autoridades están obligadas a hacer cumplir la ley”… ¡Oh, sí!
Y, para endulzarnos la amarga píldora: “Si el peje realmente quiere una “República Amorosa” debió cederle la candidatura al recién casado Ebrard”. O al lírico Javier Sicilia, diría yo…
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