LA CORNADA
Por Renecio del Rincón t.
Toda droga puede llegar a ser muy peligrosa si se usa en exceso,
sea alcohol, mariguana o religión…
-Catón, humorista mexicano.
Orwelliana
Así, simple y llanamente, es la medida propuesta por el Senado en torno al RENAUT, o sea, el registro de celulares: primero exigen el requisito de contar con CURP para poder ‘gozar’ del privilegio de usar uno de esos ubícuos aparatitos, ahora nos resultan con que también harán exigible a los platicadores el nombre completo, nacionalidad, copia de identificación con fotografía, comprobante de domicilio y… ¡huellas dactilares! O sea, ves, un fichaje completo del sospechoso y presunto extorsionador telefónico…
Tan sólo un prietito en el arroz: que como los sospechosos sumamos algo así como más de 80 millones, el tal RENAUT ni sabe cómo proceder para lograr tan ambiciosas metas, ni cuenta con los recursos -estratosféricos- que el chistecito costaría... ¡a los propios afectados, claro! Lo que sí es segurísimo, es la molestia en ires y venires de esos más de 80 millones de ingenuos mexicanos que ni supieron en la que se metían al adquirir su celular. ¿Ecos del “Big Brother”, controlador hasta del pensamiento de la ciudadanía, anunciado por George Orwell para 1984, pero concretándose hasta este Siglo XXI? Aunque más bien parece la palpable comprobación del bajísimo nivel intelectual, falta de imaginación, desprecio al ciudadano, y la prepotencia del gremio político mexicano. Para quien dude de esos atributos de nuestros ‘polacos’, va este siguiente sonado caso tapatío:
Etílica muy ‘jalisciense’…
Parranda de 6 horas del diputado ‘local’ (importado) del PVEM, Enrique Aubry, que terminó en el Estadio Jalisco echándoles bronca a diputado y ex diputado del PAN: José Antonio de la Torre, e Iván Argüelles, respectivamente. Como si no tuviéramos en Jalisco nuestros propios político/gorilitas mataperros, gobernadores beodos y malhablados y toda suerte de fauna política/nociva y muerta de hambre por las jugosas dietas y muchas prebendas de que gozan tales especímenes, de fuera del estado andamos trayendo a vulgares y muy corrientes calientacurules, borrachines y pleiteros, a los que a todas luces el poder se les sube a los bigotes…Y el colmo, al no intervenir la policía presente, pues saben del fuero constitucional que protege a esos rijosos, algún comandante policíaco los asusta más bien, con la inminente llegada de… ¡los periodistas!
Que fue a quienes buscó precisamente el fuereño Aubry, pero hasta el día siguiente después de haberse practicado ¡12 horas después! una alcoholemia, con la que pretendió demostrar a la prensa y a la sociedad tapatía su sobriedad cuando el incidente, aunque admitiendo la agresión a los panistas. Con lo que solamente demostró su falta de respeto a nuestra inteligencia de ciudadanos, que sabemos de sobra que el alcohol ingerido desaparece de la sangre en cosa de ¡seis horas! Y también demuestra el importado su total ausencia de progenitora…
Y, para endulzarnos la amarga píldora: El padre Arsilio oía en confesión a una mujer joven. Le dice ella: “Un estudiante de Leyes intentó seducirme, padre, pero me resistí” “Bien hecho, hijita” -la felicita el sacerdote. Prosigue la muchacha: “También un estudiante de Ingeniería, otro de Medicina y uno de Agronomía pretendieron conseguirme, e igualmente me negué. Pero luego otro estudiante me buscó para lo mismo, y a él sí le rendí mi integridad”. “¿Y en dónde estudia ése joven?” -inquiere con severidad el padre Arsilio. Responde la chica muy apenada: “Está en el Seminario”. Al oír eso el padre Arsilio se pone de pie y prorrumpe con entusiasmo: “ ¡Seminario, Seminario, ¡rá, rá, rá!”...